Y le miró una vez mas antes de alejarse para siempre. Contempló sus ojos, a los que habia mirado tantas veces... Esos ojos perfectamente almendrados y con aquel color, aquel color miel. Su mirada se posó en sus labios, gruesos y firmes, que descansaban bajo su nariz, nariz que tantas veces habia rozado.
Y lo pensó, pensó en dar la vuelta, en abrazarle una vez mas, en verse envuelta en aquellos brazos, los suyos. Pero no, sabía que ya no podía, que ya no habia vuelta atras, que era demasiado tarde.
Él solo pensaba en la tarde, la tarde en la que todo habia pasado, en la que habia ocurrido, la noche que habia dado el motivo.
Ella deseo con todas sus fuerzas que él gritase su nombre, que la dijese que esperase, que queria rehacer su vida junto a ella, que la amaba. Pero se limito a sonreirla, una sonrisa timida. Curvó sus labios finamente hacia arriba. No llegó a ser una sonrisa, fue un intento de esta.
Al ver los ojos de ella, se le heló el alma. Eran unos ojos sin vida, estaban muertos, eran puro frio, pura maldad, puro odio. Odio hacia él. Y llego a arrepentirse, llego a querer gritar su nombre, querer gritarlo hasta quedarse sin aire. Parpadeó. Ella no estaba, y el estaba solo en la estacion. Habia desparecido, se habia desvanecido, y el ahora no era nada. Estaba vacio.
Pero habia aprendido que la vida esta llena de cambios de direcciones, de carreteras secundarias, de atascos. Que hay veces que te metes en una rotonda y no paras de dar vueltas hasta que decides un camino, camino equivocado. Pero no pasa nada. El trayecto puede ser largo, pero siempre al final uno llega a su destino. Mientras tanto, sube la música, baja las ventanillas y haz de tu viaje, un viaje agradable ;)
No comments:
Post a Comment